
Rosario paralizada: el gobierno apunta a que la ola de amenazas es una respuesta a los mayores controles en las cárceles
ROSARIO.- “Son reacciones a las políticas que se llevan adelante por los gobiernos provincial y nacional”, reiteró hoy el ...
ROSARIO.- “Son reacciones a las políticas que se llevan adelante por los gobiernos provincial y nacional”, reiteró hoy el ministro de Seguridad de Santa Fe, Pablo Coccocioni, antes de que se reúna el comité de crisis. La ciudad amaneció otra vez paralizada por el efecto de las amenazas y los ataques contra colectivos. Se produjeron anoche cuatro incidentes contra ómnibus, que motivaron a que el gremio de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) dispusiera un paro. Algo similar ocurrió ayer, junto con la amenaza contra el jugador del seleccionado Ángel Di María. A esa medida también se plegaron los taxistas, que paralizaron el servicio durante la noche. El resultado es que otra vez el terror dejó vacía la ciudad, algo inédito en la historia de la democracia.
El gobierno de Santa Fe está convencido de que detrás de las amenazas y los ataques están los grupos criminales que operan en las cárceles y que enfrentan desde el 12 de diciembre mayores controles y restricciones en los pabellones de alto perfil, desde donde se manejaba el negocio de las extorsiones y la venta de drogas al menudeo.
Desde ese momento empezaron a aparecer intimidaciones contra el gobernador Maximiliano Pullaro y el clima comenzó a tensarse más al llegar hasta el punto de que mataron a cuatro trabajadores al azar a principios de marzo. El gobierno calificó estas acciones como “terroristas”.
Hoy, el papa Francisco envió este martes un videomensaje a los fieles de esta ciudad, en el que denunció que “sin complicidades de un sector del poder político, policial, judicial, económico y financiero no sería posible llegar a la situación en la que se encuentra”.
El estado de convulsión nunca se detuvo a pesar de que el gobierno nacional reforzó con 450 efectivos de fuerzas federales la seguridad en Rosario y se enviaron helicópteros del Ejército, junto con camionetas y combis. También cedió 80 móviles el gobierno de la provincia de Buenos Aires. Pero la estrategia de seguridad no logra frenar el terror, a pesar de que no se repitieron homicidios después del crimen de Bruno Bussanich en la estación de servicio.
“Vamos a poner a disposición todos nuestros recursos y los choferes saldrán a trabajar cuando se sientan seguros. Pondremos todo de nuestra parte, pero no vamos a ejercer ninguna presión para que vuelvan a trabajar”, aseguró el ministro de Seguridad. El paro de transporte es por tiempo indeterminado.
Coccocioni detalló que “hubo un total de cinco incidentes de relevancia: cuatro relacionados con colectivos de transporte público, que tuvieron lugar entre las 9 y las 11 de la noche. El primero, simplemente cartel con amenazas, pero no hubo ataque físico. Los otros tres, hubo ataque, se está esclareciendo investigativamente la modalidad del ataque y si habría involucrado o no disparos con arma de fuego. Eso, en su momento, lo confirmará Fiscalía luego de hacer los peritajes correspondientes. Luego tenemos un quinto hecho, que fue el cartel encontrado en un supermercado a las 23.40″.
En este último cartel las amenazas también incluían a los periodistas, como aquella bandera que dejaron en la puerta de Telefé Rosario hace casi dos años. “Entendemos que esta situación forma parte de las reacciones a algunas políticas llevadas adelante por el gobierno, tanto nacional como provincial. Así que nuestra respuesta tiene que ser clara y contundente, esclarecer estos hechos y mantenernos firmes en las políticas penitenciarias fundamentalmente. Sobre todo en la primera nota, hay una referencia clara a un intento de recuperar privilegios que en el servicio penitenciario han tenido estos grupos y a partir del 11 de diciembre se les empezaron a cortar”, sostuvo el funcionario.
Al ser consultado si se mantendrán las medidas que se tomaron en el Servicio Penitenciario, Cococcioni remarcó: “Las medidas van a seguir tal como lo prevé la ley. Lo que estamos haciendo en el Servicio Penitenciario no son medidas caprichosas, sino que estamos cumpliendo a rajatabla el régimen de reclusos de alto perfil que fue votado por la Legislatura”. “El libertinaje penitenciario que regía también permitía que estos mismos hechos y muchos más se organicen desde dentro de la cárcel: balaceras, extorsiones, amenazas y asesinatos y eso de ninguna manera podemos volver a permitir que se reconstituya”, agregó.