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El antes y el después de tres proyectos paisajistas que transformaron el jardín

1. El mejor complementoEste proyecto se realizó en una casa familiar que se encuentra en el barrio de Flores, la cual está inmersa en un tejido de baja densidad, de casa unifamiliares en su mayor...

1. El mejor complemento

Este proyecto se realizó en una casa familiar que se encuentra en el barrio de Flores, la cual está inmersa en un tejido de baja densidad, de casa unifamiliares en su mayoría. Las arquitectas Teresa Sarmiento y Violeta Ossani estuvieron a cargo del proyecto paisajista.

Desafío: Lograr que el paisajismo comulgara con la arquitectura en el menor tiempo posible.

AntesEl acceso peatonal ya estaba definido desde la arquitectura, con losetas de hormigón entre piedra suelta.Una altísima palmera contra el lateral de la puerta de acceso a la casa generaba una buena escala en el espacio.Se trataban unicamente de un lugar de paso, con posibilidades de convertirse también en lugar de estar para disfrutar de sombra en el verano.DespuésLa elección de las especies no solo contempló que fueran de bajo mantenimiento, sino también que fueran de rápido crecimiento.Se plantaron Strelitzia nicolai para acompañar la altura de la palmera y para vestir la medianera. Boina de vasco y arecas “sostienen” la base.

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Este proyecto incluyó el jardín del frente de la casa más el parque trasero. Por eso, luego le tocó el turno a la segunda parte del proyecto.

AntesEra un espacio que no se usaba porque la escala no estaba resuelta, ya que no había un referencia humana.El solado de deck estaba pintado con un tinte rojizo, que se debió cambiar para incorporar la nueva paleta del paisaje.Tiene orientación oeste, con mucho sol en verano que aumenta la temperatura de la habitación principal.DespuésEsta terraza, a la que también se accede a través del jardín del fondo, replica el sistema de herrería de la casa, pero esta vez en horizontal, con forma de pérgola liviana.La pérgola fue resuelta con una estructura de varillas para que se cubran con los jazmines de leche plantados en las profundas macetas de fibrocemento.

El tercer y último sector del proyecto expuesto por las arquitectas Teresa y Violeta.

AntesLas medianeras estaban desprovistas de vegetación.La pileta ya existía, de modo que el jardín debía adaptarse a ella.La conexión de la escalera de hierro que sube a la terraza del primer piso estaba resuelta.DespuésLa gran intervención fue en la medianera izquierda. Desde el jardín delantero y culminando en el jardín trasero, un sistema de herrería modular va resolviendo las necesidades de cada espacio. El destino de este sistema es ser soporte para la vegetación.El cantero de la medianera del fondo actúa como último plano visible de la planta baja.2. Con estilo tropical

Este proyecto se llevó a cabo en un jardín residencial ubicado en un pulmón de manzana en el barrio de Núñez. La arquitecta Laura Trotti del Estudio Rolândia estuvo a cargo del proyecto.

AntesComo límite del living hay un gran ventanal que mira hacia el jardín y a una galería que funciona de transición entre el interior y el exterior.Los elementos preexistentes: la mesa de hormigón de color turquesa bajo una sombra densa y desprolija.La vegetación competía por alcanzar la luz, lo que generaba mucha sombra y desorden. No era un jardín amigable desde la galería o zona de la mesa. Faltaba armonía y vegetación de menor escala.Sus plantas (si bien algunas mal ubicadas en cuanto al asoleamiento) ocultaban edificios y vistas hacia el jardín logrando intimidad.

Desafío: Rescatar la idea de oasis con la intención de incorporar un carácter tropical, natural y escenográfico.

Después

Se definieron sectores de sol y sombra aprovechando las copas de la vegetación más añosa. Para enfatizar la zona de sombra sobre la mesa se usaron Santa Rita y jazmines azóricos, que crean una cúpula que transforma este espacio en un sitio fresco y selvático, con el aporte de los perfumes que intercalan las distintas variedades de jazmines en los meses cálidos.

La impronta tropical se percibe a simple vista. Para lograrlo, se optó por generar contrastes entre formas y texturas, y se utilizó mayormente vegetación perenne de hojas anchas.Continuando el color del interior, las macetas blancas sobre las estructuras de soporte para plantas, también diseñadas por el estudio, aportan el nivel de detalle que admite y requiere este espacio concebido como nexo.La mesa de cemento existente se pintó de gris para que se integrara mejor al entorno.3. El gato sobre el tejado

En un barrio de casas bajas en el barrio de Florida, ubicado en las afueras de Buenos Aires, se llevó a cabo este proyecto. Como parte de la familia, en la casa vive el gato, el protagonista de esta obra.

Desafío: Sumergir el lugar en verdes y flores casi como una jardín español, e incluir el gato en el proyecto como custodio de la casa de una manera lúdica.

AntesSe trata de un patio de 25 metros cuadrados de superficie, acceso a la casa y que debía transformarse en un lugar también de uso.La medianera estaba vacía y no había posibilidad de colocar enredaderas ni elevar los muros.DespuésSe “subió” el jardín a la medianera para maximizar el uso del escaso espacio a través de la malla cuadriculada con la huerta de aromáticas.El patio seco se transformó en un espacio frondoso y visualmente más amplio, donde se hizo un homenaje al gato.En la superficie cuadrada de suelo existente se plantaron Salvia leucantha y, como eje vertical, Lagerstroemia indica de flor blanca para repetir el arbolado de la vereda.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-jardin/el-antes-y-el-despues-de-tres-proyectos-paisajistas-que-transformaron-el-jardin-nid26052023/

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